Las principales tiendas de la capital y muchos comercios medianos y pequeños continúan abarrotados de personas que aprovechan las ofertas del viernes negro o Black Friday.

Esta situación se ha reflejado en avenidas y calles comerciales han estado congestionadas de vehículos públicos y privados.

Muchas gracias en estos momentos el flujo de vehículos ha reducido en comparación con la situación de esta mañana y tarde.

Para algunos choferes del transporte público este viernes moverse por el trayecto de su ruta habitual se ha convertido en una verdadera odisea donde el tiempo de ida y vuelta se vio duplicado.

La tarde de este viernes en avenidas como la 27 de febrero, Winston Churchill, Máximo Gómez, Abraham Lincoln y John F. Kennedy y otras el tránsito se movía a cuenta gota.

Para algunos choferes del transporte público, los agentes de la AMET ubicados debajo de los semáforos para viabilizar, lejos de cumplir su objetivo lo complicaba más.

A propósito, la directora del INTRAN realizó un operativo para para concientizar a los conductores sobre la necesidad de transitar de manera prudente y moderada.

Otra queja de los choferes fue que debido a los tapones se incrementa el consumo de combustibles.

Con descuentos de un 20, 30 y hasta 40 por ciento, varias plazas comerciales de la capital dieron la bienvenida al Black Friday, una tradición americana que desde hace cinco años mantiene una gran aceptación en el país.

Algunos comercios analizan la posibilidad de amanecer vendiendo mercancías en caso de continuar repletos de compradores.